Wednesday, May 02, 2007
The Queen y Fiesta Patria
THE QUEEN:
Este lunes y martes por la tarde volví a uno de mis clásicos hobbies, el cine. Como bien saben los que me conocen, el cine, la fotografía y la música, son mis hobbies favoritos. Esta vez, volví a las salas a reencontrarme con ese cine reflexivo más allá en la calidad de la película y las actuaciones.
La primera película que vi fue The Queen. Un relato cinematográfico de uno de los momentos más álgidos y complicados vividos por su majestad la Reina Isabel II de Inglaterra, cual fue, la muerte de la Princesa Diana de Gales.
Esta cinta nos muestra una faceta poco conocida para nosotros de la realeza europea. Su significando y valor en la vida de un pueblo. Pero también, un cuestionamiento a esta forma de “gobierno” y como tambaleó la popularidad con la muerte de una de sus integrantes más queridos por la prensa y el pueblo común, como lo fue Diana de Gales.
Este film, nos acerca a esos momentos en que chocan el mundo de las comunicaciones y la educación tradicional de una mujer preparada para ser Reina sin quererlo ser en el Siglo XX. Siendo éste el punto de inflexión, el que hace que esta cinta sea tomada favorablemente por la crítica, apoyada por una magnífica actuación y un ritmo que permite digerir a cada instante las dudas, la tradición y el honor de una institución milenaria, como lo es la monarquía en Inglaterra. También nos acerca a los momentos humanos de estos seres investidos a la usanza de la edad media, pero que viven en nuestro tiempo.
FIESTA PATRA:
Esta controversial cinta, antes de llegar a ser exhibida, la verdad no entiendo por que, es un gran relato de lo que enfrentan las familias chilenas con una diversidad de criterios, historias, visiones y educaciones, que hacen que cada personaje vaya fluyendo tanto en la pantalla como en nuestras cabezas.
En la pantalla, destacar la excelente actuación de Marcela Osorio, por lejos, lo mejor que le he visto en interpretación. De los demás, Patricio Contreras, en un magistral papel secundario, es capaz de encender la mecha de las pasiones, conflictos, acomodamientos y, por sobre todo, hipócrita vida social familiar que vemos a diario; llenas de secretillos, historias oscuras y personajes que llenan el horizonte patrio de nuestras familias.
En la reflexión, muestra tal vez, tres tipos de chilenos que vemos deambular hoy por hoy. Los primeros, aquellos que vivieron los acontecimientos antes, durantes y después del golpe militar. Los segundos, aquellos que vivieron durante la dictadura de Pinochet, para algunos y para otros, el salvador de la patria. Y por últimos, los más jóvenes que poco o nada saben y nada quieren saber de estos hechos de nuestra historia reciente, deambulando entre el carrete (pasarlo bien) y la inconciencia de lo que sucede a su alrededor; hasta que las propias historias de sus familias los golpea en sus propias narices. Punto a parte que refleja esta cinta, lo constituyen los otros personajes que se muestran en pantalla, como las nanas de origen mapuches y peruanas (empleadas domésticas). Los tíos que nos sorprenden con salidas poco académicas. Los hermanos que siempre se las arreglan para ser fauna interesante observar. Los parientes lejanos que algo se traen entre sus manos y los conflictos humanos de cada uno.
Para terminar, sin importar cual de las 2 me puede haber gustado más, creo que ambas cintas son un llamado a la reflexión más allá de la pantalla. Porque, si bien, son historias que muestras mundos distintos, nos acercan a situaciones que pueden llegar a sernos propias, como la muerte de miembro controvertido de nuestra familia, y las implicancias y conflictos que ello nos puede traer. Por otra parte, las historias que nuestras familias ocultan debajo de las alfombras y que en el momento más inesperado, alguien se encarga de hacer aseo por nosotros, y estas historias pueden cambiar el curso de nuestras propias familias.
Dedicado a mis antiguos lectores de mi blog de cine que hoy ya existe. En especial, a Marcela.
Este lunes y martes por la tarde volví a uno de mis clásicos hobbies, el cine. Como bien saben los que me conocen, el cine, la fotografía y la música, son mis hobbies favoritos. Esta vez, volví a las salas a reencontrarme con ese cine reflexivo más allá en la calidad de la película y las actuaciones.
La primera película que vi fue The Queen. Un relato cinematográfico de uno de los momentos más álgidos y complicados vividos por su majestad la Reina Isabel II de Inglaterra, cual fue, la muerte de la Princesa Diana de Gales.
Esta cinta nos muestra una faceta poco conocida para nosotros de la realeza europea. Su significando y valor en la vida de un pueblo. Pero también, un cuestionamiento a esta forma de “gobierno” y como tambaleó la popularidad con la muerte de una de sus integrantes más queridos por la prensa y el pueblo común, como lo fue Diana de Gales.
Este film, nos acerca a esos momentos en que chocan el mundo de las comunicaciones y la educación tradicional de una mujer preparada para ser Reina sin quererlo ser en el Siglo XX. Siendo éste el punto de inflexión, el que hace que esta cinta sea tomada favorablemente por la crítica, apoyada por una magnífica actuación y un ritmo que permite digerir a cada instante las dudas, la tradición y el honor de una institución milenaria, como lo es la monarquía en Inglaterra. También nos acerca a los momentos humanos de estos seres investidos a la usanza de la edad media, pero que viven en nuestro tiempo.
FIESTA PATRA:
Esta controversial cinta, antes de llegar a ser exhibida, la verdad no entiendo por que, es un gran relato de lo que enfrentan las familias chilenas con una diversidad de criterios, historias, visiones y educaciones, que hacen que cada personaje vaya fluyendo tanto en la pantalla como en nuestras cabezas.
En la pantalla, destacar la excelente actuación de Marcela Osorio, por lejos, lo mejor que le he visto en interpretación. De los demás, Patricio Contreras, en un magistral papel secundario, es capaz de encender la mecha de las pasiones, conflictos, acomodamientos y, por sobre todo, hipócrita vida social familiar que vemos a diario; llenas de secretillos, historias oscuras y personajes que llenan el horizonte patrio de nuestras familias.
En la reflexión, muestra tal vez, tres tipos de chilenos que vemos deambular hoy por hoy. Los primeros, aquellos que vivieron los acontecimientos antes, durantes y después del golpe militar. Los segundos, aquellos que vivieron durante la dictadura de Pinochet, para algunos y para otros, el salvador de la patria. Y por últimos, los más jóvenes que poco o nada saben y nada quieren saber de estos hechos de nuestra historia reciente, deambulando entre el carrete (pasarlo bien) y la inconciencia de lo que sucede a su alrededor; hasta que las propias historias de sus familias los golpea en sus propias narices. Punto a parte que refleja esta cinta, lo constituyen los otros personajes que se muestran en pantalla, como las nanas de origen mapuches y peruanas (empleadas domésticas). Los tíos que nos sorprenden con salidas poco académicas. Los hermanos que siempre se las arreglan para ser fauna interesante observar. Los parientes lejanos que algo se traen entre sus manos y los conflictos humanos de cada uno.
Para terminar, sin importar cual de las 2 me puede haber gustado más, creo que ambas cintas son un llamado a la reflexión más allá de la pantalla. Porque, si bien, son historias que muestras mundos distintos, nos acercan a situaciones que pueden llegar a sernos propias, como la muerte de miembro controvertido de nuestra familia, y las implicancias y conflictos que ello nos puede traer. Por otra parte, las historias que nuestras familias ocultan debajo de las alfombras y que en el momento más inesperado, alguien se encarga de hacer aseo por nosotros, y estas historias pueden cambiar el curso de nuestras propias familias.
Dedicado a mis antiguos lectores de mi blog de cine que hoy ya existe. En especial, a Marcela.
